
Al igual que pasó con Peugeot-Citroën, Renault recibirá una ayuda de 3.000 millones de euros directamente del gobierno de Nicolas Sarkozy, a cambio de que se comprometan a no cerrar sus factorías y a mantener los puestos de trabajo de sus empleados.
Pero ese dinero no es para que se lo queden los fabricantes galos, se trata de unos créditos que tendrán un plazo de 5 años. Así lo explicaba Sarkozy: "No se trata de ningún regalo. No es ningún subsidio. Es un crédito a un interés del seis por ciento."
Ninguna de las dos escuderías se ha pronunciado aún al respecto.