Marcus Ericsson cree que la buena reacción que ha tenido su equipo, Sauber, ante la horrible temporada del equipo suizo en 2017 demuestra el buen hacer y la calidad del equipo. Sauber ha tenido un 2017 bastante malo en el que solo ha conseguido sumar 5 puntos, todos ellos gracias a Pascal Wehrlein que, a pesar de su actuación, se ha quedado sin un asiento en Fórmula 1 para la próxima temporada. El rendimiento del equipo que vestía de azul su monoplaza ha estado siempre muy por detrás del resto de la parrilla y nunca han tenido serias opciones de puntuar a menos que la carrera se volviese bastante loca.
Sin embargo, cierto es que Sauber consiguió ganar algo de rendimiento en la segunda mitad de la temporada que le permitía, a veces, luchar por las posiciones de mitad tabla y escapar de la cola de la parrilla. Ericsson, que seguirá en el equipo el próximo año junto a Charles Leclerc, cree que esa reacción que tuvo el equipo demuestra que nunca se han rendido y que siempre han seguido trabajando duro para conseguir sacar la situación hacia adelante. De todas formas, la verdad sea dicha, el equipo suizo ha usado en esta pasada campaña un motor Ferrari con una especificación antigua, por lo que el rendimiento del equipo ha estado limitado desde el primer día."En cuanto supe que Sauber iba a usar una especificación antigua para la unidad de potencia sabía que no iba a ser una buena temporada. Todos en el equipo lo sabíamos. Todo el mundo vio lo que pasó con Toro Rosso en 2016, así que nadie esperaba milagros. A pesar de todo eso, como profesional no puedes bajar los brazos, debes seguir trabajando duro y esforzarte para tratar de mejorar. Así lo hicimos, ya que nos centramos en mejorar al menos el chasis. Y lo hicimos, pero estábamos muy limitados por la unidad de potencia", comenta el piloto sueco de Sauber.
El trabajo es innegociable
A pesar de que ha sido una temporada complicada para el equipo Suizo, Marcus Ericsson asegura que se siente orgulloso de su equipo porque, a pesar de todas las limitaciones, han sabido trabajar como equipo para tratar de sacar el barco a flote. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, por lo que Sauber trató de hacer su trabajo con la parte del casis para tratar de conseguir mejorar el rendimiento con el paso de las carreras y, finalmente, poder ser más competitivos en pista para poder luchar por los puntos. El año no ha sido nada fácil para el equipo pero al menos no tiraron la toalla.
"Por todo eso es por lo que estoy realmente impresionado con este equipo. Nadie se ha rendido nunca. En la fábrica han trabajo muy duro y nadie ha tirado la toalla. Cuando volvimos de las vacaciones de veranos, nuestra situación parecía un verdadero desastre. Estábamos lejísimos del siguiente coche, a casi un segundo y la verdad es que la temporada tenía muy mala pinta. Creo que era muy fácil rendirse y pensar directamente en la próxima temporada. Sin embargo, nadie del equipo decidió bajar los brazos, todo lo contrario. Todos siguieron trabajando duro. En la fábrica seguí trabajando como nunca para darnos piezas nuevas para poder mejorar", añade Marcus Ericsson.
El fruto de ese esfuerzo fue ver cómo el equipo Sauber podía pelear con los coches de media tabla en el tramo final de la temporada. Es evidente que no es suficiente, pero si tenemos en cuenta cómo le estaba yendo la temporada al equipo suizo, es muy probable que siente realmente bien acabar el año viendo que el coche ha progresado y que puedes tener al menos algunas peleas en las últimas carreras de la temporada. Todo ello gracias a no bajar los brazos y seguir trabajando.
"En las últimas tres o cuatro carreras pudimos pelear con algunos equipos de media tabla. Podíamos conseguir mejores posiciones en clasificación y podías seguir el ritmo en carrera de los coches de delante. Ese es un gran fruto del equipo y demuestra que este equipo es todo un profesional tanto dentro de la pista como fuera de ella, en la fábrica", ha comentado Ericsson para concluir. Veremos cómo le va al equipo suizo en esta nueva temporada en la que Wehrlein ha dejado el equipo para dejar sitio a Charles Leclerc.