El torpedo ruso debe estar viviendo sus horas más difíciles. El grosero error de la primera vuelta en el GP de Inglaterra lo ha dejado expuesto ante su propio equipo. Es que no hay nada peor que chocar al propio compañero y eso es lo que sucedió con Kvyat, que en arriesgada maniobra dejó afuera a Sainz a metros de la largada.
No es la primera vez que el ruso comete este tipo de errores. Ha tenido con Sainz una complicada maniobra en la largada de Bakú, fue responsable directo al chocar a Alonso en la curva uno de Austria, y ahora el golpe a Sainz en Silverstone. Todo esto sin recapitular en algunos segmentos de su corta trayectoria, donde también estuvo involucrado en toques o sanciones por maniobras fuera de lugar.Sin dudas que la campaña de Kvyat en la F1 ha sido bastante dispar. Como una montaña rusa, ha estado arriba y de repente abajo, y a la inversa. Su ingreso a Toro Rosso en 2014 pareció ser una elección acertada. Protegido por Red Bull, Daniil ganó los campeonatos previos en Formula Renault y un recordado torneo de GP3 en 2013 que lo llevó a la máxima. Incluso sus dos primeras carreras fueron notables, entrando en zona de puntos sorprendiendo a todos. Su noveno puesto en Australia lo convirtió en el piloto más joven de la historia en sumar puntos en su primera carrera.
Su mejor momento llega en 2015 ante la oportunidad de reemplazar a Vettel en Red Bull. Tiene algunos cuartos puestos, suma en varios Grandes Premios y al término del campeonato se ubica séptimo por delante de su compañero Ricciardo.
Nada mal, podría pensarse teniendo en cuenta los quilates del australiano y que para Daniil era su segunda temporada completa. No puede largar en Australia la apertura de 2016, termina séptimo en Bahrain, tercero en China y luego tiene una muy mala carrera en Rusia, su país, en su casa, donde produce ciertamente una conflictiva maniobra con Vettel. Sorprendentemente, para la carrera siguiente Kvyat fue otra vez a Toro Rosso y su lugar en Red Bull lo tomó Max Verstappen que estaba en Toro Rosso. Un trueque decidido por Helmut Marko que apostó a la proyección del joven holandés y pero que dejó a Kvyat en mala posición y con gusto amargo en la boca. Póngase en su lugar. La situación fue harto difícil. Volver a Toro Rosso era retroceder en todo, pero fundamentalmente a nivel profesional dejaba de tener en sus manos un coche que le permitiera acceder a mejores resultados.
Comienza entonces su lucha, casi desesperada, por batir a Carlos Sainz, su compañero de equipo, para lograr el liderazgo del team italiano. Y así, en esa batalla en la cual Sainz tampoco se quedó atrás, surgieron momentos tensos, duelos en carrera al límite con el madrileño, roces, malos entendidos, y hasta choques como el de Silverstone del domingo pasado.
Hoy, según lo que percibo, Kvyat está bajo una intensa presión. No tiene asegurada su continuidad no solo en Toro Rosso sino en la F1. Y creo que esa presión lo lleva a cometer errores, y más fácil los comete cuando por delante tiene un coche azul igual al suyo con el numero 55.
No la veo fácil para Daniil. Si bien ha mostrado ser un piloto rápido, también ha mostrado perder prontamente los estribos ante situaciones donde habría que actuar con más frialdad. Su nombre, en el mercado de pilotos para 2018, no suena mucho y quizás, con suerte y buenos resultados de aquí a fin de año, pueda lograr continuidad en Toro Rosso siempre y cuando Sainz vaya a otro equipo. La convivencia entre ambos, aunque jóvenes y profesionales intenten disimularla, parece haber llegado a su fin.
Su vida personal, enamorado de la hija de Nelson Piquet, tal como se encarga de mostrarla en sus redes sociales, parece a veces estar por arriba de la profesional. No son pocos los que comentan en el paddock que las prioridades de Kvyat hoy parecieran estar invertidas. Pero como la F1 es un conjunto de cosas, también vale para él ser el único piloto ruso en condiciones ciertas de competir y lograr resultados. A eso puede sumarse el interés de empresas rusas en apoyar su continuidad, más el propio interés de Liberty Media de contar con un representante de esa nacionalidad en su fila de pilotos.
Todo pareciera estar en manos del propio Kvyat. Como en toda competencia los resultados mandan. Si él tiene la posibilidad de revertir lo muy malo de los últimos Grandes Premios, entonces quizás tenga una buena oportunidad. Si así no fuese, y siguiera con los errores, y sucumbiera frente a Sainz, quizás debería empezar a pensar en un futuro alejado de los
circuitos de Grand Prix.