El miércoles de esta semana, Fernando Alonso estrenó su monoplaza de la IndyCar en su jornada de test sobre la Indianapolis Motor Speedway. Esta participación creó mucha expectación, dos millones de personas aproximadamente siguieron el rodaje del asturiano en directo (sumando las visitas a la página de Facebook de la IndyCar y de su canal de YouTube).
La decisión del español dio de qué hablar ya que hubo tanto apoyos como discrepancias. De los últimos en dar su opinión, fue Chase Carey, el actual CEO de la Fórmula 1. El mandatario piensa que es una pena que Alonso no compita por las estrechas calles del Principado, para centrarse en la Indy 500. Esta elección tiene dos caras: la positiva es que un bicampeón de una disciplina compite en otra de alta importancia. Mientras que la cara opuesta es que no competirá en Mónaco.
Deseo de que Mclaren sea competitivo
Carey anhela que Mclaren Honda fuera capaz de luchar por victorias, aunque ahora mismo sea imposible. "Me gustaría tener a Fernando en Mónaco, pilotando un coche con posibilidades de ganar la carrera. Desafortunadamente, parece que no será posible a corto plazo".
Respeta su elección, pero discrepa
"Entiendo sus motivos de buscar un reto que le motive y su decisión es respetable. Indirectamente, también es un beneficio para nosotros porque es un gran piloto de Fórmula 1 que acerca a la audiencia americana de una forma diferente".
"Pero no es una situación ideal. Si pudiera elegir, preferiría verle en Mónaco. Una de tus estrellas decide hacer un salto temporal a otra competición, no es positivo, especialmente para su equipo y para nosotros como organizadores".
Mónaco 2017