La nueva normativa de la competición obliga a que, en caso de lluvia, los monoplazas calcen practicamente las mismas gomas que el año pasado, pero en esta ocasión tendrán ¡la mitad de carga aerodinámica! Esta falta de apoyo aerodinámico será compensado en seco al montar neumáticos slicks, pero en el momento en que caigan cuatro gotas sobre el trazado, mantener el coche sobre la pista va a ser una misión casi imposible.
Si a esta situación le añadimos el desproporcionado tamaño de los alerones delanteros de los monoplazas de 2009, sin duda, las carreras sobre mojado de esta temporada serán mucho más accidentadas que las de 2008.