Max Verstappen ha sido el único piloto en toda la parrilla en ganar no siendo Lewis Hamilton o Nico Rosberg. Lo hizo en su primera carrera con Red Bull, en medio de aquellos que dudaban de su precocidad y en la mala manera de quitarse de en medio a Kvyat, denigrando al ruso y apartándolo de la Formula 1 en el futuro. No ganó por sí solo, ya que Renault hizo su parte en la materia de propulsores, superando a Ferrari, y la colisión entre los pilotos de Mercedes que hizo que la carrera no fuese un mano a mano entre las flechas plateadas.
En Singapur se espera otra mejora del propulsor Renault, en un circuito que se adapta perfectamente al chasis de Red Bull, y se convierte en la esperanza de que la victoria no sea de Mercedes. Algo muy improbable si tenemos en cuenta la enorme diferencia de rendimiento en todos los circuitos del calendario, tan solo al alcance de alguna casualidad de los alemanes que permita recortar su propio rendimiento.
"Necesitas mucha aerodinámica y agarre mecánico allí (Gran Premio de Singapur) y eso es lo que hace a un coche bueno en ese escenario. La potencia del motor es también mucho menos importante que en Monza", comentaba Christian Horner, director del equipo Red Bull.
La esperanza de Max Verstappen y Daniel Ricciardo pasa por plantar cara a Ferrari en uno de los circuitos más difíciles del mundial.
"Renault va a introducir una mejora del motor en Singapur, lo que significa 15 caballos extra de potencia para Max y con suerte un par de décimas por vuelta", confirmaba Christian Horner.
Confiemos en ver una carrera que nos permita soñar con otro color que no sea el gris.
Singapur 2016