España era un país en expansión desde que Fernando Alonso y Renault comenzaron a funcionar de una manera prodigiosa a ojos de una audiencia que buscaba un producto nuevo, competitivo y sobre el que funcionar. La Formula 1 televisada en España funcionaba de una buena manera, que coincidía con horarios habituales para nosotros, horarios que eran dedicados completamente a no hacer nada productivo y descansar, mientras se veía la televisión. Y es que hay que recordar que nuestro país mantiene unos horarios muy diferentes en comparación al resto del mundo, y mientras nosotros comemos viendo al bicampeón Fernando Alonso, en otros países es tomado como un acontecimiento que tiene lugar en el descanso de la comida y que es "alimentado como producto" previamente entre la hora de la comida (en horarios no británicos) para luego hacerlo más ameno y que sea consumible por la audiencia.
Renault lleva cosechando décadas de éxito entre los españoles, y es considerado como marca habitual de preferencia de compra de vehículos. Todo ello hizo que la marca del rombo se fusionase tan bien en un mercado tan preferencial sobre las marcas de gama media.
10 años después podríamos ver como Carlos Sainz es el que vuelve a completar una estrategia que podría igualar los éxitos hace una década. Recordemos que Renault llevaba un proyecto nuevo y en fase de planteamiento hasta que Flavio Briatore decidió apostar por Fernando Alonso y su talento precoz, pero recordemos que Flavio fue el que eligió a Michael Schumacher para completar una nueva vida en la Formula 1, el resto es algo que recordamos muy bien. Carlos es el piloto idóneo para una Renault en ciernes de una nueva aventura en la que se ha demostrado acertado en su tono y comprensión de un campeonato difícil. Apostar por quedarse en Toro Rosso sería perjudicial para cosechar minutos de cobertura informativa junto a nuevos compañeros en la sede de Faenza, compañeros que no le pondrán nada fácil al madrileño, a pesar de que era el piloto favorito de Red Bull para su proyecto de jóvenes promesas antes de que decidiesen apostar tan decididamente por Max Verstappen.
Las audiencias jamás llegarán a estar a niveles de la "Alonsomanía", unido a una falta de imagen clara hacia nuestro país, lo cual hace que la Formula 1 quede relegado a un nuevo papel de deporte minoritario. La llave hacia la reconversión del formato en nuestro país tiene que pasar por Carlos Sainz y Renault en una nueva etapa de crecimiento e inversión. Se ha demostrado que Renault no ha quedado relegado a un mero papel de motorista, sino a un cliente importante de una F1 que ha logrado desbloquear la normativa de cara al futuro con hechos y nuevos retos de cara al futuro, así como la incorporación de nuevos fabricantes.
Soñemos con una alianza que ya hemos visto en el pasado, algo que podría hacernos recuperar la ilusión por un mundial teñido de gris, cuando muchos anhelamos aquellos colores azules adornados con colores rojos y amarillos.