Estas pérdidas caen como un jarro de agua fría para los de Toyota, ya que la anterior previsión auguraba unos beneficios de casi 4.800 millones de euros. Estos números hacen levantar muchas dudas sobre la permanencia de Toyota en la Fórmula 1.
Katsuaki Watanabe, presidente de la compañía: "El ambiente en el que nos encontramos es muy duro. Nos enfrentamos a una situación de emergencia sin precedentes. Desgraciadamente, no podemos ver el fondo."
En un intento por reducir los costes debido a caída de la demanda de coches nuevos y a que el yen se ha hecho más fuerte, Toyota ha reducido los contratos de trabajo, la producción y las pagas de los ejecutivos, además de cancelar los extras de los miembros de la junta.A pesar de los rumores de que la situación de la compañía podría hacer que replanteasen su futuro en la F1, una portavoz de Toyota (Yoshie Matsura) lo ha negado rotundamente: "No tenemos absolutamente ningún plan de marcharnos de la Fórmula 1."