Tanto aficionados como miembros del paddock también mostraron su descontento con este cambio de pilotos, alegando que Verstappen no había hecho los suficientes méritos como para subir a Red Bull. Daniil se aferró a estos defensores, los cuales fueron desapareciendo tras la victoria del holandés en España. Ahora lo único que puede hacer Kvyat para mantenerse vivo en la F1 es lograr grandes resultados con Toro Rosso. Sin embargo, a su lado tiene a Carlos Sainz, quien está demostrando cita tras cita que también merece un puesto en Red Bull, o en otra escudería con aspiraciones más altas que las de Faenza.
Kvyat dio a entender ya tras el GP de Mónaco que, si la cosa se tuerce, se vería obligado a buscar un cambio de aires por el bien de su trayectoria. "Sí, consideraría buscar asiento en otros equipos. Quiero darlo todo para este equipo pero, cuando todas estas cosas empiezan a ir mal, buscas un cambio de situación", explicaba a la prensa.
De cara a este posible cambio de escudería, el ruso explicó sus planes a corto plazo ya que, por el momento, no tiene agente personal, sino que es la propia Red Bull quien se encarga de gestionar su carrera deportiva. "Normalmente trato de hacer las cosas a mi manera pero, si necesitara a alguien, siempre tendría a gente detrás mío. Primero quiero centrarme en las carreras. Quiero tener buenas actuaciones con Toro Rosso porque es más fácil ir hacia adelante con buenos resultados en tu mano. Cuando haya tiempo para contar algo a la prensa os lo haré saber. Por el momento, no quiero decir nada", concluía Kvyat.