Tras el resurgimiento de Red Bull en las últimas citas, Maranello ha entrado en un estado de ansiedad del que, para salir, deben demostrar que siguen siendo la única alternativa a Mercedes. La propia prensa italiana ha sido la que inició esta "nueva" campaña contra las promesas incumplidas provenientes de la Scuderia. Está claro que, tanto la victoria de Max Verstappen en España como la pole de Daniel Ricciardo en Mónaco, han generado una gran preocupación en Ferrari, ya que no se esperaban tenerles como rivales, al menos este año.
Ante esta situación, Maurizio Arrivabene ha tenido que exigir mejoras inminentes en la unidad de potencia del SF16-H. La última actualización llevada a cabo en Rusia, para la que gastaron tres tokens, no ha dado el rendimiento esperado, lo cual hace que el equipo dude de volver a gastar tokens para estas próximas mejoras, previstas en Canadá. "Traeremos nuevas actualizaciones en el frente de la unidad de potencia, pero aún no sabemos si gastaremos o no los tokens. Estamos hablando con la FIA para ver qué hacemos", declaraba el propio Arrivabene para Motorsport.
Ferrari pretende centrar estas mejoras en el rendimiento de clasificación, ya que ahí es donde se puede observar la diferencia más representativa entre un equipo y otro. La amenaza de Red Bull en estas sesiones parece haber sido el estímulo para decidirse a dar el paso. "El problema está en los sábados por la tarde. Debemos intentar entenderlo, porque es absurdo que un coche tenga cierto rendimiento en Q1 y Q2, y luego sea incapaz de repetirlo en Q3".