Una vez probado el bólido, Grosjean explicó: "La sensación fue bastante buena, aunque al principio fue necesario resolver muchos problemas técnicos de pequeña importancia. Pero una vez que el agarre mejoró, fue posible pilotar bien", apunta el francés al revelar que la pista en la que rodó fue Barcelona, donde el coche final de Haas verá la luz en menos de dos semanas.
No obstante, el que fuera de Lotus advirtió de que confiar de forma excesiva en lo que se prueba en el simulador sería un error. "No obstante, creo que la base del monoplaza parece buena", apunta. Además, Grosjean ya ha estado trabajando con Esteban Gutiérrez, su nuevo compañero de equipo, en la nueva fábrica de Haas F1 Team.
"Esteban estuvo, como siempre, sonriendo y mostrando buena actitud. Los dos queremos trabajar bien juntos para ayudar al equipo. Él también rodará en el simulador y confirmará, o no, mis primeras sensaciones con el coche. Aún tenemos mucho que hacer, incluidos los asientos. Creo que no será hasta el primer test en Barcelona cuando veamos el coche pro primera vez", explica Grosjean.