Una vez descartado el acuerdo, los organizadores calificaron de irracionales las exigencias de Ecclestone: "¿Irracionales en comparación con qué? Hacemos negocios en todo el mundo y nadie cree que seamos irracionales. Tenemos mucha gente interesada en organizar carreras, así que no podemos ser irracionales."
Ecclestone mantiene la postura adoptada durante las recientes negociaciones, pero ha dicho que está abierto a un regreso de la F1 a Canadá en el futuro: "A todo el mundo en la Fórmula 1 le encanta Montreal. Por supuesto que me gustaría que regresara al Mundial. Nosotros no queríamos perderlo."
"Ya les dije a los organizadores que podían venir a mi despacho, coger cualquiera de los contratos que tenemos firmados con el resto de países y simplemente cambiar el nombre, ya que lo que hemos aceptado en su caso es menos que en ningún otro Gran Premio."Un caso curioso relacionado con este GP es el de Alain Creton, un restaurador de Montreal, que se ha puesto en pie de guerra para defender una de las principales fuentes de dinero de su negocio y, asegura, también el del resto de implicados en Fórmula 1.
Para Alain, presidente de la asociación de comerciantes locales, la cancelación de la prueba canadiense es inadmisible, y asegura que quienes más deberían defenderla son los equipos implicados en el Mundial:
"Es un poco inquietante que ninguno de los constructores hayan expresado su apoyo a la carrera cuando muchas de sus ventas se hacen aquí. Cuando uno compra un Honda, por ejemplo, los vecinos de Montreal deberían preguntarse por qué Honda no ofrece todo el apoyo necesario al Gran Premio. Para los japoneses y europeos, Norteamérica es un mercado enorme."
Ahora tan sólo lo considera un último esfuerzo para intentar salvar el Gran Premio de Canadá. La idea de Alain es que si seis de los constructores implicados en Fórmula 1 prometieran tres millones de dólares cada uno a la organización, la carrera podría salvarse. Pero claro, estamos en crisis y las donaciones escasean.