"No creo que fuera algo completamente estúpido que lo intentara. Hubiera conseguido llegar a la curva, pero normalmente cuando hay dos coches involucrados, hay muchas formas de ver la situación. Estaba allí, pero él no lo sabía y, por eso, tuvimos el toque. Fue algo desafortunado, no solo por nosotros sino también por ellos. Nunca quieres tener accidentes, pero esto es competición y estas cosas suceden", explica Räikkönen.
Por su lado, Bottas no estuvo de acuerdo con el de Ferrari e insistió en que no fue un incidente de carrera. No obstante, Maurizio Arrivabene, jefe de la Scuderia, ha respaldado a su piloto, dando como ejemplo la colisión entre Räikkönen y Daniel Ricciardo en Mónaco, que finalmente no tuvo sanciones para ninguno.
En aquella ocasión, Ricciardo tomó el interior de la curva de Mirabeau en las vueltas finales del Gran Premio para llevarse el quinto puesto y ambos acabaron tocándose, lo que obligó al finés a irse fuera de pista y poerder la posición, pero los comisarios decidieron no sancionar a ninguno. "Es un incidente de carrera. Si analizas el ejemplo en Mónaco, lo de Ricciardo y Kimi fue más o menos lo mismo que ha pasado en esta carrera. Por ello, no veo motivo por el que esto no se pueda considerar como lo de Mónaco", apunta Arrivabene.