El pasado miércoles por la mañana, tres días después de coronarse el Campeón más joven de la historia, el inglés de 23 años pisó el Centro de Tecnología de McLaren para reconocer el esfuerzo de sus trabajadores y compañeros.
Y no se le ocurrió mejor forma que pilotando el MP4-23 en el famoso lago semicircular que preside la sede de McLaren. A diecinueve mil revoluciones por minuto, el motor Mercedes causó un estruendo que se convirtió en violines en los oídos de los trabajadores.
Más de un millar de empleados (vestidos con la tradicional camiseta roja de la victoria) le aplaudió cuando se bajó del monoplaza y se subió a un pedestal desde donde dirigió algunas palabras de agradecimiento. Allí, rodeado de todos los trofeos que ha ganado para McLaren, Lewis habló casi de una historia de amor eterna:"Sé lo duro que ha trabajado todo el mundo para lograr lo que hemos hecho este año. No podría haber ganado sin la ayuda de todo el mundo que está aquí hoy. Tengo un vínculo emocional muy fuerte con el equipo, es el mejor equipo en el Mundo y estoy muy orgulloso de todo lo que hemos logrado. Amo a este equipo y no me voy a ir a ninguna parte."
El padre de la criatura, Ron Dennis, tampoco podría faltar y tampoco podía dejar pasar la oportunidad para mostrar su muto amor por su pupilo y por todos sus trabajadores: "Hoy no hay sólo un Campeonato del Mundo aquí: hay mil Campeonatos del Mundo, ellos son los que hacen este equipo especial."
Aunque no estuvo presente, los trabajadores de McLaren-Mercedes también recibieron una felicitación muy especial, esta vez por carta: la Reina de Inglaterra: "Estoy encantada de que haya podido ganar el Mundial de Fórmula 1 para convertirse en Campeón más joven. Le envío mi más cálidas felicitaciones en un logro tan histórico y notable."
Recibimiento de Hamilton en Woking: