"Nuestro primer relevo en carrera es aún nuestra debilidad," admite Carlos Sainz. "Es lo que tenemos que analizar y mejorar. No lo entiendo. Es una pena porque tan pronto como agotamos esa fase con mucho combustible, ponemos otros neumáticos con 70 o 80 kilos de gasolina y el coche se empieza a comportar de manera normal con un ritmo muy decente".
Según comenta el piloto madrileño, este problema es recurrente para la escudería con el STR10 y no han llegado a entender cómo solucionarlo. "Hemos probado algunas cosas durante los tests en Barcelona y Austria, pero aún no sabemos qué es. El único momento en el que sufrimos es en el primer relevo. Somos siempre fuertes en los tres entrenamientos libres y la calificación," relata.
¿Cuestión de neumáticos?
Durante el Gran Premio de Gran Bretaña se vio claro que la inestabilidad del monoplaza con alto combustible complicaba su rendimiento en las curvas rápidas, algo que podría justificar en parte el abandono de Max Verstappen, que trompeó con los neumáticos fríos al inicio de la prueba, algo que también le ocurrió al propio Sainz en el Gran Premio de China.
"Los neumáticos no se calientan correctamente porque la vuelta de formación no es la ideal, nuestro coche parece estar fuera de sitio y no sabemos cómo recuperlo. Sé que en calificación puedo hacer lo que quiera porque tengo el apoyo trasero y tengo la confianza necesaria pero con 100 kilos, no sé si voy a sobrevirar en la entrada de las curvas o subvirar en el medio. Es un poco extraño," concluye Sainz.