"Este año estoy yendo dos días por semana a trabajar en él, su grado de fidelidad es muy bueno, se están invirtiendo muchos medios. Psicológicamente y físicamente es un trabajo duro. Para probar una suspensión por ejemplo supone cinco minutos, mientras que en un circuito son dos horas. Estás haciendo cambios continuamente y tienes que hacer seis vueltas en un rango de dos-tres décimas, pero rápido, para evaluar las mejoras", explicó el catalán en declaraciones al diario deportivo Marca.
Notables diferencias entre el simulador del DTM y el de la F1
Daniel Juncadella ha revelado además que sus comentarios tras una sesión en el simulador son más valiosos para los ingenieros que los que realizan los pilotos titulares (Nico Rosberg y Lewis Hamilton) :"Mi 'feedback' del simulador es mejor que el de Rosberg y Hamilton, además te ayuda a conocer los circuitos, pero me falta probar el F1 para poder juzgar. Si llegase a acercarse a un 90 por ciento de un coche real igual la FIA lo acaba limitando. Pero por tu parte tampoco va a ser nunca cien por cien real aunque solo sea porque sabes que el riesgo es menor y eso cambia tu conducción. Pero está muy logrado, la imagen te transmite profundidad, parece que estuvieras ahí dentro. Se está desarrollando un helmet-loader para el movimiento del casco. Tienes también las sensaciones de que las ruedas patinen, el coche se siente. Acabas cansado psicológicamente. Estás desde las 9 de la mañana a las 6 de la tarde, aunque parando, es como un día de test. Tienes cuatro ingenieros contigo".
El simulador es una herramienta indispensable para que los equipos expriman el rendimiento de sus monoplazas, por ello la inversión en desarrollar esta tecnología es continua ante las limitaciones de la FIA en términos de test privados y uso del túnel de viento.
"El simulador del DTM es un poco menos avanzado, te da una sensación rara. Estuve en él antes de esta última carrera y me ha venido muy bien, coges sensaciones, rememoras el circuito. Siempre ayuda", finalizó el piloto catalán.
