Ahora, tanto el mexicano como su compañero, Nico Hülkenberg, tienen sus miras puestas en el Gran Premio de Austria, cuando el equipo espera lanzar su versión B del monoplaza. Pero hay rumores que indican que el coche, de hecho, no estará preparado hasta Silverstone. "Es una gran frustración como piloto cuando sabes que, con el coche adecuado, estarías ganando. Estoy seguro de que, si lo tuviera, ganaría carreras y pelearía por el Mundial", añadió Pérez.
Luchando por alcanzar la cima
Además, Pérez indicó que, aunque terminó en una sorpredente octava posición en Baréin, lamenta el hecho de que el rendimiento no fue el esperado. "Es complicado explicar a la gente que hiciste una gran carrera cuando eres noveno o décimo. Pero, cuando eres dos décimas por vuelta más rápido que tu compañero, que es uno de los mejores pilotos del mundo, y cuando acabas a quince segundos por delante de él, es porque ha sido una buena carrera. Obviamente, es complicado que la gente vea eso desde fuera".
Sin embargo, el piloto mexicano espera que la gente del paddock reconozca su talento: "En mis cinco años en F1, nunca he tenido un coche ganador o capaz de pelear por estar en el podio, pero he conseguido llegar al podio en cuatro ocasiones. Algunos pilotos llegan a estar delante muy rápidamente, y a otros les cuesta más, pero espero mostrar mi talento, ya sea en este coche o no, y que eso me abra la puerta para alcanzar la cima de la F1".