Después del reciente cambio a unos silenciosos V6 Turbo, en las últimas semanas se ha hablado mucho acerca de la posibilidad de que los motores de 1.000 CV pudiesen volver a la máxima categoría de los monoplazas en 2017. Estos cambios supondrían a los equipos una nueva inversión en un proceso de cambio al que algunos quizá no podría hacer frente.
Monisha Kaltenborn ha sido de las primeras en posicionarse en contra de esta idea que fascina a los aficionados más clásicos. La jefa del equipo Sauber ha mostrado su desacuerdo con el enfoque que se está tomando.
"Las carreras como ésta demuestran lo interesante que pueden llegar a ser. Hubo suficiente acción en la carrera, a la gente le gusta comentar esto también" declaraba tras el Gran Premio de Baréin donde los Mercedes y Ferrari lucharon hasta el final por la victoria del evento.
"Esto es realmente en lo que nos tenemos que centrar, no solo en lo que podemos hacer técnicamente y quién tiene más ventaja y quién tiene que renunciar a más" añadía. "Creo que simplemente tenemos que acordar una bajada de los costes, así todos perderíamos algo y no seguiría siendo cosa de unos pocos".
La idea de poner un techo a los costes de los equipos, limitándolos a una cantidad para todos los participantes es un tema que se planteó hace ya varios años y que trató de ponerse en marcha aunque sin mucho éxito. Lo que sí se llegó a acordar fue la congelación de los motores con éste fin, aunque esto en la nueva era V6 ha jugado en detrimento de la competición.
"Algunos perderían más, algunos menos, pero al final todos ganaríamos en competición" sentenciaba.
