Esta idea sedujo a Lotus y Force India, pero para Ferrari, que venció en Malasia hace escasamente una semana, no tiene sentido. "Sería tomar una dirección extremadamente estúpida. Todos recibimos dinero de nuestros socios capitalistas, que nos apoyan con la esperanza de que creemos un coche en el que puedan confiar. Como ingenieros, nos corresponde gastar su dinero adecuadamente", señala Allison.
Si finalmente el túnel de viento se prohibiera, los equipos se verían obligados a trabajar exclusivamente con el CFD, el estudio numérico de la dinámica de fluidos, para crear sus monoplazas. "El CFD no tiene sentido a menos que utilices un túnel de viento paralelamente. Si solo se usa el CFD para crear y desarrollar el coche, tendríamos sorpresas desagradables en el primer momento en el que rodara en pista. Y no creo que esa fuera una buena forma de recompensar a los patrocinadores".