Los rumores de que quizá Manor Marussia no llegaba a tiempo para la primera carrera de la temporada surgieron con el equipo ya instalado en el paddock de Melbourne. Un supuesto problema de compatibilidades software era el quebradero de cabeza que el equipo no sabía como resolver. Ésta versión no fue cuestionada hasta que Maurizio Arrivabene insinuó, el viernes, que lo que sucedía era que el equipo no tenía dinero para pagar a los proveedores por adelantado, como Ferrari y que por ello no iban a salir a pista en todo el fin de semana.
Éstas declaraciones hicieron saltar todas las alarmas acerca de la posible viabilidad del equipo. La Federación Internacional de Automovilismo, de hecho, abrió una investigación acerca de lo sucedido aunque, finalmente, fallaron a favor del equipo de Banbury.
El que parece no estar dispuesto a pasar página es Bernie Ecclestone que se ha sentido estafado por todo el espectáculo montado por el equipo que, desde un principio, era consciente de que no iban a poder participar en el Gran Premio de Australia.
"Nunca tendríamos que haber permitido a Manor hacer lo que han hecho. Es nuestra culpa. Predije que esto pasaría" declaraba Bernie Ecclestone a Reuters. "No tenían intención de competir en Australia. Zero. No podrían haber competido ni aunque alguien les hubiese puesto una pistola en la cabeza. Era imposible. Así que no tenía intención. Tenemos que ver qué pasa ahora".
"Ellos van a tener que pagar el camino hasta allí y el camino para salir de allí" sentenciaba Ecclestone quien tiene la sartén por el mango. De hecho, el equipo aún cuenta con el dinero que les reporta el noveno puesto logrado por Jules Bianchi en el Gran Premio de Mónaco la pasada temporada.