Tras haber decidido seguir adelante sin tener en cuenta la petición de van der Garde por uno de sus asientos, Sauber decidió fichar a Marcus Ericsson y Felipe Nasr para esta temporada, ya que ambos aportaban grandes cantidades económicas a través de diferentes patrocinadores. Ahora, para obedecer el resultado del tribuna, el equipo ha de dejar un sitio para van der Garde, a riesgo de romper otro contrato y, con toda probabilidad, de perder miles de dólares en patrocinios en más acciones legales en contra de la decisión de no dejar correr a uno de los pilotos que ya estaban contratados.
Los de Hinwil ya han aceptado un pago avanzado de 10 millones de dólares por parte de la FOM para asegurar su presencia en Australia para el primer Gran Premio del año, pero los rumores en el paddock señalan que podría considerar no correr en Melbourne, entre otras cosas, porque el C34 no ha sido diseñado para acoplarse a van der Garde.