El copropietario del equipo Toro Rosso, Gerhard Berger, no era demasiado optimista hace algunos días al hablar del futuro de su escudería, la cual ve muy amenazada por el hecho de que a partir de 2010 sólo se permitirá competir con un coche que haya sido diseñado y construido íntegramente por el propio equipo, no se permitirán equipos cliente.
"Tendremos problemas para sacarlo adelante solos (sin Red Bull). Necesito el apoyo de un gran constructor."
El ex-piloto austriaco negó recientemente que hubiera solicitado al propietario de Red Bull, Dietrich Mateschitz, que incrementara su apoyo al equipo en lugar de poner a la venta el 50% de las acciones de la escudería, aunque si dijo que: "Con él se consigue un equilibrio fantástico en el negocio."
Días después de las declaraciones de Berger, Mateschitz ha reconocido que podría reconsiderar su intención de vender sus acciones: "Es posible que lo dejemos todo tal y como está. Veremos si tenemos a algún comprador interesado, y es probable que después no queramos vender."