En este sentido, Minardi cree que los que votaron que no deberían analizarse ellos mismos y las posibles consecuencias que podría haber. "La decisión fue absurda y el comportamiento fue antideportivo. Al oponerse, los otros equipos pequeños esperan dividirse el dinero de Marussia pero, quizás, no contaron hasta diez. Deshacerse de las dos cenicientas, Marussia y Caterham, significa reducir la parrilla. Como consecuencia, la última fila la ocuparán equipos con ambiciones y presupuestos más grandes, y tendrán consecuencias comerciales y de imagen", escribió el italiano en su web oficial.
En defensa de los pequeños
Minardi, cuyo equipo también tuvo un presupuesto modesto antes de que Red Bull lo comprara, ha reconocido que esas decisiones tan egoístas no son raras de ver en la F1. Sin embargo, el expropietario del equipo cree en la importancia de los equipos pequeños, y ha urgido a las escuderías que analicen el daño a largo plazo que una decisión así podría ocasionar al deporte. "Esta situación me recuerda a las temporadas de 1996 y 1997, cuando defendí profundamente la importancia de los equipos pequeños".
"Defendí que sin equipos que participen con gran pasión pero con medios limitados, que quizás esperen tener los fondos adecuados en el futuro, en la última fila de la parrilla habría, inevitablemente, equipos grandes. Eso mismo se repetió en los años 2000. Los fabricantes no esperan aos para crecer y conseguir resultados positivos; tienen objetivos comerciales y de imagen a corto plazo. Como consecuencia de las decisiones de aquellos años hemos perdido a casi todos ellos. Espero que esta decisión no sea definitiva y que se pueda razonar. Ahora, como entonces, el deporte necesita a todos los que puedan participar y encontrar los medios para un futuro más glorioso", añadió.