Pensó en abandonar
No es un secreto para nadie que la temporada 2014 fue muy complicada para Sebastian Vettel. Después de ganar cuatro campeonatos consecutivos se encontró con un monoplaza inferior al de sus rivales y que no se adaptaba a su estilo de conducir. Para colmo, su recién llegado compañero de equipo consiguió exprimir el RB10 hasta el punto de conseguir tres victorias mientras que el alemán sufría carrera tras carrera.
Esto provocó que el piloto se planteara su futuro: "Hubo un momento el año pasado en el que pensó si quería parar o no, si estaba consiguiendo el mismo nivel de disfrute y quería continuar", afirma Horner. Según el austriaco, el cambio de escenario fue radical: "Estaba descontento con la F1, los últimos años habían sido muy exitosos en el coche y le encantaba pilotar y de repente las cosas eran muy distintas".
El tetracampeón se encontró en una nueva situación en la que le costó reaccionar. Horner hace un paralelismo con la perplejidad y desilusión de un niño a quien le quitan un juguete: "Es como alguien a quien le habían arrebatado su juguete y a quien le estaba costando asimilarlo".
No obstante, el jefe del equipo Red Bull hace hincapié en que el descontento de Vettel no estaba motivado por la falta de rendimiento de su monoplaza, tal y como aseguró el propio piloto en noviembre: De repente, tienes dos cilindros menos, y ya no reinicias el coche, sino que lo hace un ordenador. Entonces te preguntas qué tiene esto que ver con la competición", dijo Vettel. Y Horner lo corrobora: "Atravesó una etapa de desilusión con la F1, no con Red Bull pero sí con la dirección que la F1 estaba tomando y fue muy sincero con su punto de vista".