Andrew Green, director técnico del equipo, indicó el año pasado que la escudería había estado considerando la idea de retrasar la presentación del nuevo coche debido al margen de tres semanas entre los dos primeros test. "Tiene sentido decir que empleas mejor esas tres semanas desarrollando el monoplaza y, luego, rodando en Barcelona. Hay ventajas y desventajas en ambos casos; no está tan claro como en 2014. [El año pasado] tenías que hacer el primer test con el nuevo motor y el chasis, solo tenías que sumar kilómetros en el coche. Este año no es tan crítico", dijo Green en Autosport.
Pensando en el desarrollo
Además, Green también ha señalado que las lecciones aerodinámicas aprendidas en la última fase de 2014, cuando el equipo tapó que había cometido un error de desarrollo, han sido vitales a la hora de retrasar su cometido con el diseño del coche de 2015. "Eso significa que las cosas que probamos y sobre las que aprendimos en las últimas carreras y en el test de Abu Dabi podrían estar en el coche para el comienzo del año, en vez de acabar siendo meras mejoras. O ni siquiera mejoras, porque si no puedes diseñar esas partes, nunca consigues avanzar".
"Cuanto más tarde, mejor. En las últimas semanas [de la temporada 2014], tuvimos que atravesar una curva de aprendizaje dura, lo que te hace pensar que deberías contenerte. Sería una decisión mucho más complicada si los neumáticos fueran a ser los propios de una carrera de 2015 en Jerez, pero como no es así, serán solo meras pruebas", añadió Green.