Una de las personas con las que más relación tendrá será con Marco Matassa, su nuevo ingeniero de pista. El italiano ya ha trabajado en los dos últimos años con Daniel Ricciardo y Daniil Kvyat y, lleva en Toro Rosso desde el año 2007, cuando entró a formar parte del equipo como ingeniero de sistemas. Xevi Pujolar, el otro ingeniero de pista del equipo, trabajará con Max Verstappen. Esto ya se había decidido hace meses, pues el catalán y Verstappen ya comenzaron su trabajo juntos en el primer test que tuvo Max con un F1 en el circuito de Adrià.
Sainz se hizo el asiento para la pretemporada ayer (su segundo con Toro Rosso, después del test que hizo en Silverstone el año pasado), pudo hablar con el equipo de mecánicos e ingenieros de los que se rodeará, y visitó a fondo la fábrica de Toro Rosso, a la que hará varios viajes de aquí a que comience la pretemporada el próximo mes de febrero en el circuito andaluz de Jerez de la Frontera, para seguir de cerca los avances del Toro Rosso STR10, el coche en el que hará su debut en la F1.
Tal y como está haciendo Sainz, Verstappen también se está preparando para el año próximo. La semana pasada el joven piloto de diecisiete años estuvo en Imola, donde debía hacer un test con el Toro Rosso de hace dos temporadas, aunque una fuerte tromba de agua provocó que la prueba fuese cancelada. El test estaba enfocado a que Verstappen se acostumbrara a permanecer en pista tanto tiempo como el que dura una carrera en F1, algo que aún no ha hecho, ya que la aventura del holandés en monoplazas tan solo se limita a su paso por la Fórmula 3 en esta temporada.