Sin embsrgo, Woll, jefe de los de Brackley, claramente sospecha que Horner está metiendo presión y lanzando amenazas que no tiene pinta de cumplir. "Ninguna empresa seria permitiría que eso ocurriera, y ninguno de los actuales suministradores de motores podrían permitir que eso pasara, porque los costes aumentarían tanto que estarían fuera de control". Además, Wolff indicó que sabe a ciencia cierta que Renault no quiere que la congelación de motores se suavice: "En lo que Mercedes y Renault coinciden al 100% es en que la tecnología V6 actual es arte, importante en carretera y es el futuro".
Pérdida de interés
Por otro lado, Wolff también sugirió que la otra amenaza de Horner, que la F1 podría ser mejor si se volviera a tener motores V8 más económicos, no tiene ningún sentido. Sus comentarios siguen a los que Niki Lauda hizo advirtiendo sobre que si los V8 volvían, Mercedes desaparecería de la parrilla. "Si quitamos el formato actual, os puedo asegurar que ciertos fabricantes, como Renault y Mercedes, no estarían interesados en suministrar ningçun motor", apuntó Wolff.