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Y llegó 2004, su peor año. Un comienzo irregular, con resultados discretos, hasta Indianápolis. Allí sufrió uno de los accidentes más espectaculares de la historia reciente de la Fórmula 1. Su cuerpo se zarandeó con una fuerza de 78 G, lo que le provocó dos fracturas en la columna y le mantuvo apartado de los circuitos el resto de la temporada. Marc Gené y Antonio Pizzonia le sustituyeron hasta qe se recuperó su compañero alemán, que volvió para acabar su contrato.
Y en 2005, llegó a Toyota. Estoy convencido de que en la escudería nipona no sabían a que Schumacher fichaban. La escudería patrocinada por Panasonic le otorgó el papel de primer piloto, como punta de lanza para que los millones invertidos dieran su resultado en la pista. Pero, obviamente, no fue así. Tan sólo tres podios desde entonces, manteniéndose a la sombra de su compañero, Jarno Trulli, en numerosas ocasiones.
Las espectativas de futuro del piloto alemán no parecen demasiado alentadoras. Su temporada actual en Toyota está siendo irregular. De hecho, mientras escribo estas líneas, durante el GP de Mónaco, Ralf ha sufrido otro accidente en los entrenamientos (es el segundo en Montecarlo, que yo recuede). Y parece que en su escudería se están hartando de pagarle una millonada por discretos resultados. Es probable que su futuro esté lejos de su actual equipo. De hecho incluso se habla Nick Heidfeld como sustituto del "hermanísimo".