Kevin Magnussen tuvo que lidiar en el Gran Premio de Singapur además de con un circuito muy complicado en el que el más pequeño error puede dejarte fuera de carrera, con un impresionante calor dentro de su monoplaza. El piloto danés tampoco pudo beber agua, bueno, poder podía pero estaba hirviendo. "El mayor problema era el agua porque estaba hirviendo. Le quemaba la boca cada vez que bebía" explicaba Eric Boullier.
El equipo, por el momento, no sabe a qué se pudo deber el sobrecalentamiento del cockpit de Kevin a pesar de haber revisado todos los datos recogidos el domingo en Singapur. "Fue raro, no sabemos por qué. Estan investigando qué fue mal porque todo en la telemetría y en las baterías, fue normal".
A pesar de todos los problemas el piloto de McLaren consiguió terminar la carrera en una merecidísima décima posición y consiguió sumar un punto para el equipo.