Estados Unidos, un país que llegó a tener un par de campeones del mundo, Phil Hill y Mario Andretti, llevaba trece años sin ver un piloto local en la Fórmula 1, desde la ignominiosa aparición de Michael Andretti, hijo de Mario, en la temporada 1993 a los mandos del McLaren que no pilotaba Senna. Sobra decir que las comparaciones fueron odiosas. Más de una década después, Red Bull estaba dispuesta a devolverle al mayor mercado mundial un piloto de quien sentirse orgulloso.
Mejor resultado en Australia
Por primera vez en años una temporada de Fórmula 1 no comenzaba en Australia, sino que 2006 nos tenía reservado el exótico país de Bahréin como primera cita del campeonato. En el país árabe Speed logró una digna decimosexta posición de salida, incluso superando en la Q1 a un accidentado Raikkonen y a un incauto Ralf Schumacher. Luego en carrera Scott logró progresar hasta la decimotercera posición, siempre detrás de su más reputado compañero Vitantonio Liuzzi. Pero fue en Australia, tercera carrera del campeonato, donde llegaría su primera, y tal vez última, gran carrera en Fórmula 1. Speed salía muy atrás, decimoctavo, pero poco a poco el Gran Premio se convirtió en un caos. Massa, Trulli y Rosberg quedaron fuera en la salida. Klien, Montoya, el propio Liuzzi... Hasta Schumacher se estrelló en una carrera que pareciera disputarse en una pista de hielo.
Scott había logrado superar a su hermano mayor de Red Bull David Coulthard, y a una vuelta de acabar rodaba noveno, a las puertas de los puntos, pero aún faltaba el último golpe de gracia. Cuando Jenson Button salía de la última curva su motor Honda reventaba. Faltaban 300 metros o menos y el inglés se iba a quedar a escaso espacio de cruzar la línea de meta. Esto hacía subir una posición a Speed, ¡era octavo y lograba su primer punto en Fórmula 1! Sin embargo aún no podía cantar victoria, horas después los comisarios sancionaban a Speed con 25 segundos por adelantar con bandera amarilla a Coulthard mientras superaban el coche destrozado de Liuzzi. Scott caía a la novena posición y Michael Andretti seguía siendo el último estadounidense en puntuar en Fórmula 1.
La temporada continuó complicada, peleándose con un coche que presentaba numerosos problemas a la hora de pilotar. En dos carreras, Canadá y Francia, Speed consiguió ser décimo, resultado que hoy en día le hubiesen otorgado un par de puntos, pero que en la época le dejaron con un rosco en el casillero. Y para colmo fue Liuzzi quien, en Indianápolis, en casa de Speed, logró el primer y único punto del equipo en esa temporada merced a un octavo puesto aprovechando una carrera caótica en la que hasta siete coches, uno de ellos Scott, quedaron fuera de carrera en la salida. Después de nueve vueltas ya solo sobrevivían doce coches, y al final de la prueba fueron nueve los que cruzaron la meta. A Liuzzi le bastó con acabar delante del Williams de Rosberg para estrenar el casillero de Toro Rosso en Fórmula 1.
Caída en picado
En 2007 la temporada fue aún peor, mucho peor. Toro Rosso ya tenía los V8 fabricados por Ferrari. La diferencia entre los tres peores coches, Super Aguri, Spyker y el filial de Red Bull, y el resto de equipos era abismal. Así, Speed solo pudo pelear en las últimas posiciones, siendo un decimoquinto su mejor resultado en parrilla, y superado habitualmente por Vitantonio Liuzzi. Aunque el italiano no era su mayor problema, ese papel lo desempeñaba un joven rubio alemán de la escuela de Red Bull que esa misma temporada ya había debutado en Indianápolis, en la casa de Speed, pilotando el BMW del lesionado Kubica y que incluso había conseguido puntuar en su estreno. Ese alemán se llamaba Sebastian Vettel y, tras una horrible actuación de Speed en el famoso Gran Premio de Europa de 2007, fue uno de los que se salió en la primera curva, el joven niño de cabellos rubios ya estaba subido en el Toro Rosso de cara al Gran Premio de Hungría.
O lo que es lo mismo, Scott Speed estaba sin equipo a mitad de temporada. Y la puntilla sería el Gran Premio de China. En la prueba asiática, bajo la lluvia, Vettel fue cuarto, y Liuzzi sexto. En una sola carrera lograron puntos suficientes no solo para que Toro Rosso superase a Spyker y Super Aguri, sino para que también lo hiciesen con el poderoso equipo Honda. Era la peor forma de salir de la Fórmula 1 para un piloto del que se intentó hacer un producto, alguien que saciara al hambriento mercado americano. Al final, Scott Speed no fue más que otro fruto fallido de la escuela Red Bull, un piloto que, con cero puntos, pasó con más pena que gloria por el gran circo de la Fórmula 1.