"La diferencia de peso entre mi compañero y yo me estaba haciendo perder cuatro décimas [por vuelta]. Seguí una dieta este invierno, pero llegas a unos límites que el cuerpo ya no puede aguantar. De hecho, estuve en el hospital entre los Grandes Premios de Australia y Malasia debido a la falta de agua y por la falta de un poco de todo. Estuve muy enfermo", ha señalado el piloto a la prensa francesa.
Forzados a perder peso
Además, Vergne ha indicado que aunque la FIA aumentó el peso mínimo del coche, los 692 kilos actuales siguen estando lejos de ser bajos. "Francamente, esto [la situación] es estúpida. Los coches de F1 son muy difíciles de pilotar y necesitamos todas nuestras habilidades. Que se nos fuerce a perder peso no es bueno", añadió el piloto de Toro Rosso.
Por último, el francés, que este año afronta su tercera temporada con la escudería de Faenza, explicó que este problema se ha discutido en numerosas ocasiones entre los pilotos este año, "pero no hemos alcanzado una solución, ya que los pilotos más delgados quieren mantener su ventaja".