Ser piloto de Fórmula 1 es un buen negocio. Que se lo digan al siete veces campeón del mundo Michael Schumacher, que se está construyendo una "casita" en Ginebra de 1,2 millones de euros. En medio de una reserva natural y a la orilla del lago Léman, la fincha de Schumacher tiene 13 hectáreas y está rodeada de 20.000 árboles para preservar su identidad y la de su familia.
Más que una casa, parece una especie de minipueblo con todo lo necesario para pasárselo bien: jardín medieval, campo de fútbol, estanque natural para bañarse, terreno de petanca, e incluso una zona polideportiva con una parte soterrada para evitar las miradas de los curiosos. Además, dispone de dos edificios: la casa principal de los Schumacher y otra para el servicio e invitados.
La familia Schumacher tiene intención de trasladarse en los próximos meses y quieren pasar desapercibidos. Por la casa no será...