Sin embargo, las cosas parece que cambiarán este año y que se le complicarán más al vigente Campeón del Mundo, ya que el nuevo RB10 ha sufrido en los entrenamientos de Jerez y Baréin por el sistema de refrigeración y los problemas que ha reportado el motor Renault, por lo que se duda de que el coche pueda ver la bandera a cuadros en Australia. "Sebastian ha tenido un coche absolutamente ganador en cuatro años y medio de sus cinco que ha estado con Red Bull. No creo que tenga problemas para lidiar con la actual situación. Él, al igual que todo el equipo, aceptarán el reto", señaló Mateschitz.
Corazón dividido
La mayoría de los problemas que ha tendo Red Bull han sido consecuencia de los grandes cambios en el reglamento que afecta a los motores de este año, pero Mateschitz ha admitido que es bueno para el deporte que las cosas hayan cambiado: "Hay dos corazones latiendo en mi pecho. Como aficionado a la F1, estoy encantado de sea, de nuevo, más emocionante, y quizás nuestro dominio haya terminado. Pero desde la responsabilidad de mi papel en nuestro equipo de F1, veo que los últimos acontecimientos debemos analizarlos, y hemos de aceptar y superar los retos".