Aquel incidente en boxes entre Fernando Alonso y su entonces compañero, Lewis Hamilton, fue la confirmación pública de que entre ambos no se podían ni ver y que el orden y la disciplina en el seno del equipo McLaren-Mercedes brillaba por su ausencia. Fueron unos segundos impagables, en los que Alonso no hizo caso de sus mecánicos, ni tampoco de la piruleta, y esperó a que desde el muro su fisio personal le diera la orden de salir.
Mientras, por detrás del MP4-22 de Alonso, Hamilton esperaba a que el asturiano arrancara y según se supo después, aprovechaba para acordarse de toda la familia de Ron Dennis a través de la radio. Incomprensiblemente, y a pesar de que en aquella ocasión McLaren sí apoyó a Fernando Alonso ante los jueces de carrera, la FIA decidió, a petición de Anthony Hamilton, sancionar a Fernando Alonso y arrebatarle la pole que se había ganado en pista.