De aquella zambullida de Alberto Ascari en el GP de Mónaco de 1955 sólo nos quedan los testimonios escritos y la recreación del accidente que John Frankenheimer realizó para una de las pelis de culto para los amantes de la Fórmula 1: Grand Prix. Gracias a Dios, Ascari sólo se rompió la nariz en su chapuzón en el Mediterráneo, esa no era su hora, que llegaría tan sólo cuatro días más tarde en el circuito de Monza.
El sargento de bomberos del grupo de buceadores, Mario Gómez, ha explicado que: "En el caso de una caída al agua de un piloto la prioridad es proporcionarle aire con el regulador de nuestras bombonas de oxígeno, para lo que es necesario liberar el casco y el HANS. Después se procede a la liberación del cuerpo para lo que es necesaria la extracción del volante y los anclajes del cinturón de seguridad."
"Es una operación muy complicada por la escasa visibilidad en el agua, la velocidad con la que hay que actuar para evitar daños a la persona y la complejidad de los aparejos que lleva asociado un piloto como el casco, los cinturones de seguridad o el HANS."El director de seguridad de emergencias del Valencia Street Circuit, Ernesto López, considera que: "Con la dotación dedicada exclusivamente a los pilotos tenemos garantizada la seguridad hasta el más mínimo detalle, ya que la probabilidad de que un piloto caiga al agua es ínfima. No existe un dispositivo como este en materia de seguridad en todo el Mundial, cualquier eventualidad está prevista."