Si no había suficiente con el cambio a slicks, se introducirá en la ecuación una nueva variable de rendimiento del monoplaza, que hará mucho más importante todavía la estrategia en la elección de los neumáticos.
Una de las opciones que ha propuesto Hirohide Hamashima, director de desarrollo de Bridgestone, es suministrar como neumático opción un compuesto con dos niveles de diferencia respecto al principal. Un par de ejemplos para entender esto mejor: en Alemania, en lugar de llevar duros y medios, se llevaría duros y blandos, o en Mónaco, en lugar de blandos y super-blandos, se llevaría super-blandos y medios.
De todas formas, esto no suena mal del todo, porque actualmente hay circuitos donde la diferencia entre compuestos es ridícula y casi inapreciable en los resultados de la carrera. El único problema será que con los slicks desaparecerá la línea blanca que permite que los espectadores podamos seguir en todo momento la estrategia de neumáticos en carrera. ¿Volveremos al poco inútil punto blanco en el perfil del neumático? Esperemos que se encuentre otra solución.