Hamilton, en esa misma vuelta, sí que cambió de neumáticos, puso intermedios nuevos y fue un rayo. ¿Cómo es posible que unos vean venir las nubes y otros lean un anticiclón?
El gran problema es que ya no hay hombre del tiempo en las escuderías, ya no existe un equipo de técnicos con radares y helicópteros fuera del circuito como hasta el año 2007.
Antes los equipos potentes tenían a tres tipos sobrevolando la zona con antenas y equipamiento. Entre ellos un meteorólogo interpretaba los datos que dos técnicos le proporcionaban con varios radares y desde el helicóptero que volaba junto al frente de lluvia para medir con exactitud la posición, la dirección y la velocidad que tomaba la nube que estaba descargando agua.El error era mínimo, pero en esa desenfrenada carrera por ahorrar costes y personal, FIA y equipos decidieron que era un lujo que se podían evitar cambiándolo por otro servicio común para todos los equipos del Mundial a la vez.
Ahora un servicio vía internet de Meteo France es el que da cobertura a todos los equipos, que tienen un radar meteorológico propio en sus camiones como máxima tecnología punta.
Pero la falta de datos, especialistas y meteorólogos, lleva a una mala interpretación. Pues le toca al ingeniero de turno decidir sobre isobaras y marejadas, vientos y nubes. Y el especialista alemán que tengan en BMW o McLaren se está mostrando infalible en comparación con el de Renault o Ferrari.
¿Y el piloto no puede cambiar la decisión? Según Dennis Chevrier, responsable de motores de Renault: "La decisión se toma conjuntamente. Se hace con la gente del muro y se le consulta al piloto que está viendo la pista, pero claro, los datos meteorológicos los tenemos nosotros y las predicciones también, por lo que el piloto tiene que fiarse."