"De alguna forma eso es bueno, porque estamos en el comienzo con esta tecnología, como ya nos pasó con los turbo [en las décadas de los 70 y 80]. Todos hemos de aceptar que, a veces, va a ser un problema. La fiabilidad siempre es un problema, porque tienes el motor y el turbo, pero hay partes eléctricas, cables y diferentes sistemas. Aunque todo esté bien, luego está la integración con el monoplaza y otros aspectos, como la temperatura y la vibración", añadió el francés.
Buena situación para la industria
Además, Prost ha insistido en que es importante para la F1 y los aficionados que se acepte que puede haber problemas en un principio. El expiloto cree que, a largo plazo, los seguidores se darán cuenta de que las variaciones de rendimiento entre los diferentes motores serán interesantes, una situación que también impulsará el perfil de los suministradores. "Todos hemos de aceptar que a veces va a ser un problema. El público comprenderá que se trata de una nueva tecnología y que no es fiable pero, poco a poco, verán que se consigue rendimiento, fiabilidad y consumo de combustible. Esta situación es muy buena para la industria del automovilismo y para los tres, o quizás cuatro [cuando Hona se una en 2015] constructores. Recuerdo cómo estaba la situación en los 80, cuando Renault no tenía una buena imagen y luego la F1 les ayudó mucho".
A pesar de que no espera que la fiabilidad sea perfecta al comienzo, Prost subrayó que Renault está trabajando, a tiempo, son su nuevo motor. Y, a pesar de que la marca francesa tiene una idea clara sobre el rendimiento general de su motor gracias al trabajo con el dinamómetro, Renault espera que el rendimiento siga mejorando. "Todo está yendo bien y a tiempo. Todo el mundo es muy cauteloso sobre lo que hace y dice, porque se trata de una tecnología completamente nueva. Respecto al rendimiento, más o menos sabremos dónde estamos, por lo que irá progresando poco a poco", añadió Prost.
