En esta ocasión, el piloto español destacó las grandes diferencias que existen entre un monoplaza de la Fórmula 1 y uno de la GP3 (categoría en la que compite este año con el equipo Arden): "Pasar de la GP3 a la Fórmula 1 es un paso bastante grande. Después de GP3 el paso normal sería pasar por World Series y luego ya Fórmula 1. Pasar de un GP3 a un Fórmula 1 es un paso enorme, porque son casi quince segundos por vuelta de diferencia, por lo que tanto el paso por curva, la aceleración, y las frenadas exigen muchísimo más al ser humano. Las fuerzas G que sufres en la Fórmula 1 no las sufres en ningún otro sitio. En GP3 sufres 2,5/3 G por curva mientras que un F1 te exige casi el doble. Lo más importante es el cuello y luego ya entra en juego la parte aeróbica", señaló el joven español para CEPSA, marca patrocinadora de Sainz Jr. en la GP3.
La longitud de las carreras de F1 ponen a prueba al piloto
Así, el piloto español fue claro con los principales retos que plantearía dar el salto a la categoría reina del automovilismo, algo que sabe de primera mano después de haber tenido la oportunidad de probar dos monoplazas de F1 - el STR8 y el RB9 - en Silverstone durante los test para jóvenes pilotos 2013.
"En vez de ser carreras de media hora como sucede en la GP3, es una carrera de hora y media, por lo que a nivel aeróbico tienes que tener muy buena base y saber controlar el pulso lo más suave posible para poder tomar decisiones rápidas posible", sentenció el piloto madrileño, que sueña con llegar a la máxima categoría del automovilismo en los próximos años.