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'LA POESÍA DE LA F1'

La penúltima copa de Toyota

La penúltima copa de Toyota

Sergio Lillo   18 de Septiembre 2013 14:49

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La penúltima copa de Toyota

Singapur, Gran Premio donde las luces juegan a su propio juego, el de crear ilusiones y romper unas cuantas más. La noche asiática acoge al 'Gran Circo' con miles de tonalidades, olores, sabores y rostros. Como si de las 'Mil y una noches' se tratara - en versión moderna, eso sí - el 'Marina Bay Street Circuit' esconde tesoros para fotógrafos, periodistas y aficionados, pero se torna en infierno para pilotos y escuderías. Contrastes. Paradojas. Desde que hiciera su aparición en la Fórmula 1 en 2008, con aquella victoria de Fernando Alonso ensombrecida por una estrategia de Renault al límite de lo permitido con Nelsinho Piquet, Singapur no ha faltado a su cita con el Mundial y entre las postales que siempre nos deja, el recuerdo imborrable de un exultante Timo Glock en el podio aparece entre estas líneas.

Habíamos asistido al seis de siete de Jenson Button que, imparable a lomos de su Brawn GP 001, dejaba el Campeonato visto para sentencia. Curiosamente no volvería a subirse a lo más alto del podio desde que lo hiciera en Turquía el 7 de junio, pero la corona de Campeón sería suya. En Singapur quien dominaba la sesión clasificatoria no era otro que Lewis Hamilton, que le endosaba casi cuatro décimas al segundo, un jovencísimo Sebastian Vettel. Por detrás, un extraordinario Nico Rosberg con su Williams. Los dos Brawn GP parecían noqueados, 12º y 9º, tras la sanción de 4 posiciones a Rubens Barrichello por cambiar su caja de cambios.

Timo Glock arrancaba desde la sexta posición de parrilla, a bordo de un Toyota TF109 que ya había conseguido tres podios en Australia, Malasia y España, luchando por la quinta con Fernando Alonso desde los primeros compases. La estrategia del equipo liderado por Tadashi Yamashina no podía ser mejor y el piloto alemán se encontraba cuarto cuando el 'coche de seguridad' hizo su tradicional aparición en las curvas del 'Marina Bay'. Una segunda parada oportuna le iba a permitir a Glock superar al Renault de Alonso y lanzarse en pos de un Hamilton que resultó inalcanzable para todos.

Lesión en Japón

Timo sumaba el que sería, a posteriori, su último podio en Fórmula 1. Tampoco sabía el piloto germano que la felicidad se tornaría en pesadumbre una semana después, en la clasificación del GP de Japón celebrado en Suzuka. Allí, el piloto de Toyota se lesionaba tras impactar contra las protecciones y Kobayashi le sustituirá hasta el final de la temporada. Pero la penúltima copa, esa que siempre se ofrece y que suele llevar a otras, llegó al equipo nipón de manos de Timo Glock.

La penúltima copa de una noche oscura, iluminada por miles de vatios y de flashes disparados a destiempo. No venía servida en vaso ancho, ni tampoco en copa de Martini. El penúltimo trago de champán bebido por un piloto con los colores blanco y rojo de Toyota en la Fórmula 1 se lo dio Glock, a pesar de todo. Las oníricas imágenes de Singapur con su juego de colores y sombras rodearon el casco del alemán; los abrazos y palabras amortiguadas por el mismo seguro que aún resuenan en la cabeza de Timo. Fantasioso ir y venir de monoplazas bajo la mirada a cientos de metros de quienes observan el 'Marina Bay' desde lo alto de la 'Marina Bay Sands Tower'. Ellos si se sirven una última copa más, Glock, no.

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