Webber llegó a la Fórmula 1 en 2002 y, a diferencia de otros recién llegados como Alonso o Raikkonen, que llegaron el año anterior, él no era precisamente un jovencito, ya que contaba con 26 años. Su coche era el lentísimo Minardi, pero eso no evitó que Webber aprovechase el caos del Gran Premio inaugural, en Australia, su casa, para acabar quinto en su debut en Fórmula 1. Tal fue el delirio que hasta se permitió que Mark subiese al podio tras la ceremonia oficial con los tres primeros. Pareciera que Jack Brabham, tricampeón del mundo y héroe australiano, debiera echarse a temblar. Lógicamente, Australia fue un oportuno espejismo y Webber no volvió a puntuar en todo el año, pero batir constantemente al flojísimo malayo Alex Yoong y al algo menos flojo Anthony Davidson le valió al australiano para dar el salto al equipo Jaguar, una estructura que marcaría su trayectoria en la Fórmula 1.
Destacando en Jaguar
Con un coche medianamente competitivo Mark Webber demostró que su talento podía llevarlo muy lejos. Especialmente sorprendente era su ritmo en calificación, que le permitía salir en posiciones realmente avanzadas. En carrera la cosa cambiaba. Habitualmente se convertía en un tapón para coches más rápidos y acababa sufriendo incidentes o averías que le lastraban la carrera. Como prueba de esa divergencia entre sábados y domingos queda que su mejor resultado en clasificación, en Malasia 2004, fue un segundo puesto, mientras que en carrera nunca pasó de la sexta plaza. Esta etapa también trajo consigo uno de sus más graves accidentes, el de Brasil 2003, bajo el diluvio y en medio del caos Webber perdió el control de su Jaguar en la entrada a meta y, junto al accidente posterior de Alonso, provocó la cancelación de la prueba. Pese a la ausencia de resultados brillantes en carrera, sus resultados en comparación a Pizzonia primero, Wilson después y Klien en el último año fueron lo suficientemente relucientes como para que el equipo Williams, en plena decadencia, decidiera fijarse en Webber cuando Jaguar cerró sus puertas.
Fracaso en Williams
Con los de Grove el reto era enorme. Intentar que Williams reverdeciese viejos laureles en un momento en el que la decadencia del equipo parecía más próxima que nunca. Sin embargo en el inicio de temporada Mark sacó a relucir lo que ya había demostrado previamente, un rendimiento enorme a una vuelta, lo que le permitió no bajar de la quinta posición de salida en ninguna de las siete primeras pruebas del campeonato. En carrera cayó, por fin, el primer podio de su carrera deportiva, y el escenario fue inmejorable. En Mónaco y con un adelantamiento espectacular a Fernando Alonso, líder del mundial, en las últimas vueltas. Después de eso en ninguna clasificación deslumbró más en todo el año, pero sí obtuvo un par de cuartos puestos en carrera. Incluso en Suzuka tuvo el podio en la mano pero, en la últimas vueltas, Alonso se lo arrebató devolviéndole la jugada monegasca. En cuanto a sus compañeros de equipo, la cosechadora de puntos Nick Heidfeld consiguió batirle en eso, puntos, en las quince carreras en las que coincidieron. Cuando QuickNick desapareció a favor de Pizzonia, el brasileño no pudo hacer nada frente a Webber, como ya le pasase en Jaguar. Lo peor fue que la desaparición de Heidfeld tuvo un porque, el alemán se iba con BMW para hacer un equipo propio desde los cimientos de Sauber. Williams se quedaba sin motores para la temporada 2006 y, como última opción, tuvo que recurrir a los paupérrimos Cosworth. Sería un quebradero de cabeza durante toda la temporada. Solo siete puntos en todo el año fue el lamentable bagaje de Webber en su último año con Williams. Y batir claramente al sorprendente novato con el que compartía equipo, Nico Rosberg, le bastó para volver a su vieja estructura de Jaguar, ahora propiedad de Red Bull. Comenzaba la aventura que le daría lo mejor y también lo peor de su carrera.
Llegada a Red Bull
En Red Bull le esperaba el veteranísimo David Coulthard, que ya contaba con dos años de experiencia en el equipo. Pese a que Mark se mostró con constancia más rápido que él, al final fue el piloto escocés quien terminó por delante en el campeonato. No obstante, el privilegio de lograr el único podio de Red Bull en la temporada fue para Mark Webber, en Nurburgring bajo la lluvia el australiano fue uno de los pocos supervivientes y pudo presenciar en primera persona la aforada y célebre discusión entre Alonso y Massa. Y pudieron ser más los podios. En Fuji, bajo el diluvio, Webber, que estaba visiblemente enfermo, rodaba segundo a pocas vueltas del final y bajo régimen de Safety Car. Pero entonces, como si de una premonición se tratase, el joven Sebastian Vettel llegó por detrás y se lo llevó por delante, quedando ambos pilotos fuera de carrera. Curiosamente ese día Vettel también arrolló a Alonso. Japón 2007 fue la carrera premonitoria. Las primeras chispas entre Webber y Sebastian ya habían saltado, y aún no eran ni compañeros de equipo. En 2008 el Red Bull dio un salto de calidad y Webber, ya asentado, arrolló sin contemplaciones a un David Coulthard que se retiraría a final de año. En los puntos en la mitad de las carreras, el año acabó sin podios pero con brillantes posiciones de salida, como la segunda de Silverstone o la tercera, bajo la lluvia, en Monza. Con la dignidad de haber logrado al menos un podio en su último año, David Coulthard se iba y, a cambio, llegaba Sebastian Vettel. Y Red Bull se hacía grande.
Alex Yoong, Anthony Davidson, Antonio Pizzonia, Justin Wilson, Nick Heidfeld, Nico Rosberg y David Coulthard. Ninguno de ellos había sido gran problema para Mark. Todos, mejores y peores, jóvenes y veteranos, europeos, americanos y asiáticos, todos, fueron batidos por Webber. Sin embargo el nuevo chico de Red Bull era agua de otro costal. Sebastian Vettel venía de, con un Toro Rosso, hacer más puntos que los dos Red Bull juntos. Incluso había ganado en Monza y era el nuevo chico prodigio de la Fórmula 1. Webber no lo iba a tener fácil, y para colmo un accidente de mountain bike, su otra pasión, durante el invierno le causó una fractura de pierna. Finalmente Mark pudo comenzar la temporada con una placa metálica en la pierna, pero pronto vimos que los honores iban a ser para su compañero alemán. Con un coche muy competitivo, la primera victoria de la historia del equipo fue para Sebastian Vettel en China. Ese día Webber fue segundo, igual que en Turquía y Gran Bretaña, la primera victoria se resistía. Sin embargo en Nurburgring todo cambió, Webber entraba en el olimpo.
Llega el binomio Vettel-Webber
El sábado Webber fue el más rápido, con lo que lograba su primera pole position en Fórmula 1. Tocaba hacer lo que siempre se le resistía, rematar el domingo el buen resultado del sábado. Y la historia parecía repetirse. Un golpe contra Barrichello en la salida causaba que la FIA le castigase con un drive through. Sin embargo Mark no perdió la calma, era su día y el coche era el más rápido de modo que recuperó posiciones y ganó, por primera vez en su vida, una carrera de Fórmula 1. Webber ya estaba liberado, y tras lograr otro podio en Hungría ya había quien le contaba entre los candidatos al título. Pero Button supo administrar su ventaja y Webber, que también ganó en Brasil, fue cuarto en el mundial. Mark había llegado tarde a la batalla, pero 2010 tenía que ser su año. El inicio fue flojo, pero dos victorias seguidas en España y Mónaco lanzaron a Webber en el campeonato. Era por primera vez líder del campeonato y parecía que en Turquía iba a enlazar su tercer triunfo consecutivo, pero entonces llegó él, Sebastian Vettel. A 20 vueltas del final, era el australiano quien lideraba la prueba con su joven compañero detrás. Entonces, Vettel decidió buscar el adelantamiento con catastrófico resultado. Accidente entre ambos, el alemán fuera de carrera y Webber, con el coche dañado, logrando al menos ser tercero. Relaciones rotas entre ambos y el equipo en situación muy comprometida. Ya nada iba a ser igual en Red Bull.
En Valencia un terrible accidente dejó a Webber sin puntos y con el susto en el cuerpo. Un vuelo espectacular sobre Kovalainen que afortunadamente no causó daños físicos al australiano, pero que le dejaba muy lejos del mundial. Y en Silverstone quedó clara cual era la apuesta de Red Bull. El equipo traía dos alerones delanteros mejorados a la prueba británica y, tras dañar Vettel el suyo durante los libres, decidió quitarle a Webber el suyo para dárselo al piloto alemán. El resultado fue pole para Sebastian y segunda posición de Mark. Pero el guión no estaba escrito aún. En la salida el australiano pasó a Vettel y éste, en el intento de resistirse, sufrió un pinchazo. Webber ganó la carrera y durante la vuelta de honor pronunció su célebre frase: "no está mal para un segundo piloto". Otra victoria en Hungría y una serie de podios le permitieron llegar a Corea, antepenúltima carrera, como líder del mundial y gran favorito a la victoria. Sin embargo allí Webber cabó su tumba. Bajo el diluvio, el australiano perdió el control de su Red Bull en las primeras vueltas y acabó contra el muro. Alonso ganó y se colocó como nuevo líder del campeonato y, pese a que Vettel también abandonó y por lo tanto la diferencia entre con él se mantenía en 14 puntos a favor de Webber, la apuesta de Red Bull quedó definida por el alemán. En Brasil, penúltima carrera, el equipo dominó de principio a fin, pero fue Vettel quien ganó por delante de Webber, permitiendo que Alonso y Ferrari llegase a la última carrera con toda la ventaja para ser campeones. Mark necesitaba ganar y que Fernando no fuese segundo, pero los nervios volvieron a apoderarse del australiano. Calificó quinto, mientras que Alonso salía tercero y Vettel en la pole. Durante la carrera, viendo que su campeonato era imposible, Red Bull decidió sacrificarlo usándolo como señuelo para que Alonso picase y Vettel fuese campeón. El plan salió perfecto y el alemán fue el campeón, pero Webber se había convertido, definitivamente, en el escudero de Sebastian Vettel.
Era Pirelli
El famoso 'multi 21' había quedado a la altura del betum, y la pasividad de Red Bull ante las acciones de su primer piloto fue la gota que colmó el vaso australiano. Dejaba la Fórmula 1 para competir en Le Mans. Desde entonces una concatenación de desdichas se ha cebado con Webber. Hoy un fallo en el KERS, mañana una tuerca mal apretada, pasado mañana un accidente con un Toro Rosso... Multitud de infortunios que han lastrado la temporada de Webber. Ahora quedan nueve carreras, solo nueve, por delante. A 67 puntos del líder del campeonato, Sebastian Vettel, parece imposible contar a Mark como uno de los candidatos al título. Su objetivo será lograr una última victoria y, si puede, echar una mano en la lucha por el mundial. Y todo sin excusas y con su filosofía de "no bullshit". Se marchará un auténtico poleman que tuvo la desdicha de coincidir con uno de los grandes de la historia. Salvo sorpresa, Webber se irá con 215 Grandes Premios a sus espaldas y, como mínimo, nueve victorias y once poles. Y no, no será el nuevo Jack Brabham, ni siquiera el nuevo Alan Jones, pero siempre se le recordará como Mark Webber, un histórico por si mismo, un piloto irremplazable.