
"Creo que, obviamente, hemos progresado allí [Canadá] en lo que a conocimientos sobre el set-up se refiere, y esperamos continuar así durante el fin de semana en Silverstone. Malasia también tenía curvas muy rápidas y fuimos fuertes allí, así que creo que hemos comprendido algunos de los problemas que tuvimos en Barcelona. Y, con suerte, podremos mantener esta forma en las próximas carreras", dice Horner.
Por ello, el temor a los circuitos con curvas rápidas parece haberse disipado. Red Bull y Christian Horner afrontan con mayor seguridad el próximo Gran Premio de Gran Bretaña, que se celebra en el Circuito de Silverstone. Sus rápidas curvas de alta velocidad, entre las que destacan las enlazadas de Becketts, no parecen suponer ahora un problema para Mark Webber, Sebastian Vettel y su RB9.

Los neumáticos: la clave del problema
Para Christian Horner, el factor más importante es el impredecible comportamiento de los neumáticos. Los Pirelli PZero se han convertido en la incógnita más complicada para despejar en la ecuación de un Gran Premio. Su comportamiento varía mucho de una pista a otra y, mientras en Canadá y Mónaco la degradación fue mínima, en pistas como Montmeló se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza.
La clave está en conseguir hacer que los neumáticos trabajen en su rango óptimo de temperatura: "Hemos desarrollado un fuerte rendimiento aquí al igual que en Baréin y en Malasia. Se puede ver que, con estos neumáticos, en el momento en el que estás en la ventana óptima [de temperatura], puedes conseguir mucho tiempo por vuelta".
En Canadá lo consiguieron, y ello permitió que Sebastian Vettel, con una baja degradación como aliado, consiguiera una victoria incuestionable tras un dominio de principio a fin. Algo que no pudo aprovechar Webber por su incidente con Giedo van der Garde: "Realmente, aquí estábamos en la ventana correcta y fue una pena para Mark que su carrera estuviera comprometida por el doblado, porque si no, estoy convencido de que lo habríamos visto en el podio también".