Por su parte, Fernando Alonso logró una victoria bastante cómoda en la carrera de Barcelona, en la que lideró casi desde el principio y supo sacarle partido a una estrategia de cuatro paradas. La polémica del día surgió una vez terminada ya la carrera. Cuando Alonso cruzó la meta como campeón del Gran Premio y empezó a dar la vuelta de regreso al 'pit-lane', uno de los comisarios de pista le ofreció una bandera española, que Alonso ondeó hasta que llegó al parque cerrado, donde celebró su victoria número 32.
'No further action'
La FIA consideró ese acto como un incumplimiento del artículo 43.3 del reglamento deportivo, que marca la prohibición de coger ningún tipo de objeto antes de realizar el pesaje posterior a la carrera. Por ello, tanto Alonso como el equipo Ferrari tuvieron que testificar ante los comisarios de la FIA. Finalmente, la federación decidió no sancionar ni al piloto ni al equipo al alegar que fueron "consistentes con una decisión previa tomada bajo circunstancias similares" [haciendo referencia a la bandera que Alonso ondeó tras su victoria en el GP de Europa de 2012, en Valencia].