
Casi a 300 km/h el piloto australiano arrinconaba contra el muro al vigente Campeón del Mundo, una maniobra que a muchos les hizo recordar la de Schumacher con Barrichello en el GP de Hungría 2010. En este caso, lo curioso es que los comisarios no realizaron ni siquiera una investigación por tal acción, algo que sorprendió a algunas personalidades del paddock: "Otros conductores han sido sancionados por mucho menos", explicaba en declaraciones a Auto Motor und Sport un jefe de equipo que quiso permanecer en el anonimato.