Después de que se apagara el semáforo, la lucha entre Vettel y los dos coches de Ferrari comenzaba a muerte. Pero poco se podía imaginar Fernando Alonso lo que iba a ocurrir: mientras trataba de adelantar al alemán en las primeras curvas, los dos coches se tocaban ligeramente y, como consecuencia, el alerón delantero del F138 se desprendía. En ese momento, la Scuderia decidía mantener en pista al español, una decisión poco afortunada quizás, ya que el alerón no aguantó la siguiente vuelta y se rompió, colocándose debajo del monoplaza y sacando de pista al español. Punto y final para Alonso.
Carrera en seco
Desde la salida, la carrera empezó con neumáticos intermedios debido a la lluvia que había caído durante la media hora previa al inicio del Gran Premio. No obstante, no hubo más agua en toda la carrera, y el compuesto intermedio apenas duró unas diez vueltas, momento en el que la mayoría de pilotos entraron a boxes para cambiar sus neumáticos y empezar con su estrategia en seco. El ritmo entre el compuesto duro y medio era más o menos parecido, y la durabilidad fue prácticamente la misa. Finalmente, la mayoría de equipos optaron por desarrollar una estrategia a cuatro paradas.
El verdadero problema de la carrera no estuvo en las condiciones meteorológicas, sino más bien en las paradas en boxes. Fue una carrera caótica en este sentido, ya que muchos pilotos tuvieron problemas en el cambio de neumáticos: fallos de pistola, tráfico, tuercas...Una verdadera odisea. El equipo que peor llevó el tema de las paradas fue Force India. Cuando Paul di Resta entró a realziar su tercera parada, algo no iba bien. El escocés estuvo más de una vuelta parado antes de poder regresar a la pista. Pero eso no terminaba ahí: Sutil, su compañero, tenía el mismo problema dos vueltas después. Finalmente, ambos coches abandonaban un GP que parecía tremendamente bueno para los de Vijay Mallya.
Tensión elevada al máximo exponente
Y si la tensión en boxes fue elevada, en pista se multiplicó por tres durante la lucha entre los pilotos de dos equipos: Mercedes y Red Bull. En la escudería de Brackley, Nico Rosberg y Lewis Hamilton mantuvieron una lucha limpia por la tercera posición. Tras adelantarse entre ellos en un par de ocasiones, fue el inglés finalmente el que se llevó el gato al agua y terminó ganando a su compañero de equipo, que terminó en cuarta posición.
El galardón al Mejor Momento de Tensión fue para Webber y Vettel. Los dos protagonizaron momentos tensos en el trazado malasio. Durante toda la carrera, Mark webber se mantuvo como líder del GP, marcando mejores tiempos que su compañero de equipo. Pero fue en la parte final de la carrera cuando estallaron chispas entre ambos. Después de la cuarta parada, el alemán salía muy pegado a su compañero, y ahí comenzó una batalla que terminaría con los ánimos al límite. Tras varias conversaciones por radio, supuestos insultos a su compañero y varios intentos de adelantamiento, Vettel lograba pasar a Webber y liderar la carrera. Más tarde, antes del podio, la tensión podía cortarse con el filo de un cuchillo, momento que Webber aprovechó para echarle en cara a Vettel que no había respetado las órdenes del equipo.
Seis abandonos
En la parte de atrás, Jules Bianchi volvió a realizar una buena carrera a los mandos de su MR02. El piloto francés logró batir de nuevo a su compañero de equipo y a los dos pilotos del equipo rival, Caterham. Los abandonos en este Gran Premio no fueron demasiados, pero todos ellos fueron por mala fortuna. Así pues, la lista negra se llenó con Fernando Alonso, Paul di Resta, Adrian Sutil, Pastor Maldonado (que abandonó tras salirse de pista con su Williams), Jenson Button (que regresó a boxes y se retiró por algún problema mecánico) y Daniel Ricciardo.
GP de Malasia 2013: domingo 77 fotos
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24/03/2013