"No tengo que pensar demasiado en ello, porque esos tiempos no demuestran la total realidad de las cosas. Es muy bueno estar delante en unos entrenamientos, pero eso no significa nada", explicó el de Mercedes. El austriaco sabe con certeza lo que le ocurrió a Mercedes el año pasado: los test fueron medianamente bien, la temporada pareció comenzar muy fuerte, pero luego solamente logró la victoria en China y su rendimiento fue cayendo en picado durante todo el año.
Los equipos juegan sus cartas
"Puede ser un cliché, pero los entrenamientos y los grandes Premios son dos cosas bien diferentes, y estamos en F1 para disputar las carreras. Sé que la tentación es grande para todos, pero no hace falta interpretar demasiado los resultados. Hizo muchísimo frío en Barcelona y los equipos no rodaron con la misma cantidad de combustible. Teóricamente, se puede deducir a partir de los resultados si un coche es bueno o no. Pero la verdad es que no se sabe nada durante los entrenamientos invernales. Ya lo hemos visto con Red Bull: no han mostrado nada, y no sabremos lo que pasa antes de Melbourne. Hemos rodado según lo planeado, eso es todo. Ya veremos", concluyó Wolff.