"Soy feliz donde estoy, teniendo en cuenta que sólo hemos probado y la temporada aún no comenzó," explica Nico, que este invierno se mudó a Suiza para estar más cerca de la fábrica de su nuevo equipo. "Dentro de unas cuantas carreras, será mucho más fácil responder, pero a día de hoy, siento que he tomado la decisión correcta y eso es suficiente para mí".
"Como piloto siempre tratas de buscar opciones para progresar, por lo que cada opción que aparece tiene interés. Hay que buscar y tomar decisiones para que tu vida esté poco a poco cada vez más cerca de ser mejor. Esa es la clave del éxito," comenta el alemán, que no quiere fijarse metas para la próxima temporada. "Apuntar algo así es imposible antes de empezar el año. Yo quiero estar satisfecho conmigo mismo, saber que he sacado el máximo de mis posibilidades, del coche y el conjunto," reconoce Nico, que sueña con que Sauber sea tan competitivo como lo fue en 2012.
"Nunca se sabe y quizá el gran salto en mi carrera podría ser aquí. El equipo consiguió cuatro podios el año pasado, así que, ¿quién sabe? Quiero estar en Fórmula 1 y tener éxito a largo plazo, pero no tengo una agenda que seguir, no tengo que haber conseguido esto o lo otro dentro de dos años. La vida es algo particular y a veces las cosas surgen naturalmente y otras veces no, por lo que siempre hay que estar preparados para reorientar tu vida y tus ambiciones".
"No tengo ni idea de dónde vamos a estar"
Centrándose en los primeros días de pretemporada, Hülkenberg admite que en este momento del año es la única vez en la que los competidores no mienten a la prensa. "Es la única época en la que los pilotos podemos decir la verdad: 'No lo sé'. Estoy contento con lo que percibo hasta el momento y la forma en la que el coche se comporta, teniendo en cuenta que siempre hay lugar para mejorar. Dicho esto, no tengo ni idea de dónde vamos a estar y dudo que alguno de mis colegas pilotos tengan una visión más clara. Las pruebas invernales son algo completamente diferente a un fin de semana de carrera," explica.
"Ahora todo el mundo se centra en su propio programa tratando de averiguar cómo funciona su coche con los diferentes compuestos y las diferentes cargas. Los tiempos por vuelta que se producen con esos programas son de una importancia escasa, lo importante es superar los problemas. En un fin de semana de carrera es todo completamente distinto, especialmente los viernes y los sábados por la mañana, cuando se busca conseguir el menor tiempo posible en una vuelta lanzada," afirma Hülkenberg, que asegura haber "visto muy poco del rendimiento de los otros coches" durante los días de pruebas.
"Por lo poco que ví en Jerez y las conversaciones que he tenido, Red Bull parece muy competitivo, ¿dónde estamos nosotros? No tengo ni idea. Teniendo en cuenta lo que pasó en 2012, todo estaba muy apretado, en una décima se iban cinco posiciones, por lo que difícilmente va a ser mucho más ajustado," sonríe Nico. "Por supuesto, el piloto siempre puede marcar esa pequeña diferencia que te hacer ganar o perder posiciones, en ambos sentidos. Por supuesto, espero que en mi caso sea en la dirección positiva".
¿La cenicienta de la Fórmula 1?
Por último, Hülkenberg se refirió a la polémica de sus pies y el tamaño del cockpit del nuevo C32, cuestión de unas botas demasiado grandes según reveló el alemán. "Ahora, con el número justo, todo es perfecto. ¿Eso me convierte en la cenicienta de la Fórmula 1? ¿Sólo por acertar con el número justo del calzado viviré un final feliz? ¿Quién sabe? Me encantan los cuentos clásicos... pero me pregunto quién es la malvada madrastra," bromea Nico.