"Mis sensaciones son positivas pero, si echamos la vista atrás, hace un año decíamos que el coche era bueno, estábamos contentos, y mira al final dónde acabamos", dijo Vergne. Y es que el equipo sufrió lo indecible durante el 2012 para tener que conformarse con la 9ª plaza del Campeonato de Constructores, consiguiendo poco más de la mitad de los puntos que consiguieran en 2011.
Para evitar que vuelva a suceder lo mismo, es necesario no dejarse llevar por la euforia e intentar dominar por completo el funcionamiento del monoplaza: "El objetivo en el que tenemos que centrarnos es en entender el coche. Tenemos diversas opciones y nuevas cosas que queremos explorar tanto como sea posible".
El STR8 está destinado a mejorar el rendimiento de su predecesor, algo que Vergne cree que es factible aunque, obviamente, será una tarea a largo plazo: "Estoy confiado en que el coche será un paso adelante pero, probablemente, llevará algo de tiempo entenderlo completamente. Hay áreas que necesitamos mejorar, pero una vez que entendamos todo lo que el nuevo monoplaza puede, nos proporcionaremos a nosotros mismos un coche mucho mejor", dijo el joven piloto francés.
Más experimentado, más seguro
La de 2013 será la segunda temporada de Vergne en la Fórmula 1 y, por tanto, su papel como debutante queda atrás, por lo que el nivel de exigencia es mayor. No obstante, el piloto cree que su grado de preparación es mejor: "Siento que soy un piloto mejor, tengo mucha más experiencia y mi comprensión del coche es mejor que el año pasado a estas alturas."
"Todo es mucho más automático y es una sensación muy buena", dijo para finalizar el joven piloto de 22 años. El año pasado, Jean-Eric Vergne cosechó, en su temporada de debut, un total de 16 puntos por los 10 de su compañero, Daniel Ricciardo, lo que le valió para conseguir la 17º posición en el Campeonato del Mundo de Pilotos.