"Definitivamente, no va a ser fácil para ellos, sobre todo en los entrenamientos, donde necesitas ser capaz de tomar las decisiones correctas a la hora de localizar las debilidades del monoplaza. Eso es algo que solo se consigue con la experiencia, y ahora hay mucha presión para Luiz y Max para que se hagan con el coche rápidamente. Esa es la parte crítica, saber que quizás la simulación que trasladas a la pista no es tan precisa y poder dar un paso adelante desde ese punto", comenta Glock.
Los equipos pequeños siguen lejos de los grandes
El piloto alemán comprende la necesidad que tiene Marussia de encontrar apoyo económico más fiable para tratar de conseguir su primer punto en la F1 y mejorar el undécimo puesto que logró en el Mundial de Constructores del año pasado. Glock cree que esto es crucial si la escudería rusa, que compitió bajo el nombre de Virgin en 2010, pretende conseguir este objetivo.
"En general, solamente necesitan encontrar una forma de conseguir más apoyo económico y poder, así, evolucionar y desarrollarse. Los equipos más grandes no cesarán de evolucionar y eso es lo que complica que los más pequeños puedan alcanzarlos. Los equipos punteros traen mejoras en cada carrera, mientras que los más modestos las traen cada cinco o seis carreras. Al menos, han progresado con el coche, ya que es más rápido este año. Todo se centra en la evolución y de cómo continuarán con el KERS", añade Glock.