El piloto italiano lamenta que la F1 no haya tenido más consideración a aquellos que permiten que este deporte sea una buena plataforma: los constructores. Muchos de ellos se han marchado en pocos años: BMW, Toyota, Honda y Renault (que al menos sigue siendo motorista). "El error más grande que ha cometido la F1 en quince años fue no escuchar a los constructores y dejarlos a un lado. A veces había un equipo mejor que los demás, que dominaba, pero siempre había la esperanza y los medios de darle la vuelta a la situación el año siguiente. Pero ahora eso es imposible, ya que solamente están Ferrari y Mercedes como constructores", señala Trulli.
Triste por los jóvenes pilotos
"Antes, con los constructores, poníamos primero a los pilotos, les decíamos que nos siguieran, que había potencial. Hoy en día, primero se presenta el monoplaza y luego se piensa en los pilotos. El 70% de los equipos están en una mala situación económica, y deben sobrevivir de una forma o de otra con los pilotos de pago. Estoy triste por los jóvenes pilotos, porque a menudo no tienen patrocinadores y, por tanto, tienen muy pocas opciones de llegar a la F1. Es impensable que un piloto deba aportar dinero para correr. Antes, un piloto llegaba a la F1 gracias a su talento, pero ahora la F1 se ha convertido en una sociedad de alquiler de vehículos de lujo", concluye el piloto.